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Por un instante se quedó callada.
—Sí —respondió simplemente. Joe observó que ella había hecho un rollo con la revista y
lo sujetaba con fuerza. Su rostro estaba muy tenso.
—Así que lo conoce personalmente. ¿Se encontró con Spelux?
—En realidad, no. Sabíamos que estaba allí, medio vivo o medio muerto, como usted
prefiera... yo no sé. Permiso —le dio la espalda.
Joe empezó a decir algo mas, cuando vio algo que parecía ser una máquina SSA en un
rincón del salón. Poniéndose de pie, fue hasta ella para inspeccionarla.
—¿Puedo ayudarle, señor? —dijo la azafata, acercándose a él— ¿Desea que cierre el
salón para que la Srta. Joyez y usted puedan hacer el amor?
—No —respondió—. Me interesa este aparato —tocó el panel de controles de la SSA—.
¿Cuánto cuesta usarlo?
—El servicio es gratuito la primera vez durante su vuelo —dijo la azafata—. Después de
eso cuesta dos auténticas Monedas de diez. ¿Quiere que lo ponga en funcionamiento para la
Srta. Joyez y usted?
—No estoy interesada —dijo Mali Joyez.
—Qué injusta es usted con el Sr. Fernwright —dijo la azafata, sonriendo, pero con un tono
de voz que indicaba desaprobación—. Usted comprende que no lo puede usar solo, ¿no es
cierto?
—¿Qué es lo que arriesga? —preguntó Joe a Mali Joyez.
—Usted y yo no 'tengo' ningún futuro juntos —contestó.
—Pero ése es el objeto de la SSA —protestó Joe—. Tratar de averiguar que...
—Ya sé lo que trata de averiguar —interrumpió Mali Joyez—. Usé de éstas antes. Está
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bien —dijo abruptamente—. Para que pueda ver cómo funciona. Como una... —buscó la
palabra— Experiencia.
—Gracias —dijo Joe.
La azafata comenzó a armar la máquina SSA en forma rápida y eficiente, mientras iba
explicando su funcionamiento:
—SSA significa sub specie aeternitatis; es decir, algo que está fuera del tiempo. Ahora,
muchos piensan que la máquina SSA puede ver el futuro, que es capaz de predecir
acontecimientos. Eso no es así. El mecanismo, compuesto básicamente por una computadora, se
conecta por medio de electrodos a los cerebros de ambos participantes, y acumula rápidamente
una cantidad inmensa de información acerca de los dos. Luego sintetiza esa información, y en
base a probabilidades extrapola lo que posiblemente les ocurriría si se casaran o se fueran a vivir
juntos, por ejemplo Tendré que afeitar dos mechones de cabello de la cabeza de cada uno, si no
les molesta, para poder aplicar los electrodos —sacó un pequeño instrumento de acero
inoxidable— ¿Qué período de tiempo les interesa? —preguntó mientras, afeitaba dos redondeles
sobre el cráneo de Joe y luego sobre el de Mali Joyez— ¿Un año? ¿Diez? Pueden elegir, pero
cuanto más cerca en el tiempo sea, mayor será la exactitud de la extrapolación.
—Un año —dijo Joe. Diez años le parecían demasiado; ni siquiera sabía si estaría vivo
para entonces.
—¿Esta de acuerdo, Srta. Joyez? —preguntó la azafata.
—Sí.
—La computadora tardará entre quince y diecisiete minutos en juntar, almacenar y
procesar toda la información —dijo la azafata, mientras aplicaba los dos electrodos sobre el cuero
cabelludo de Joe, y luego los otros dos sobre el de Mali Joyez—. Quédense tranquilos y
relájense; por supuesto no causa incomodidad. No sentirán, nada.
—Usted y 'yo' Sr. Fernwright. Juntos durante un año —dijo Mali Joyez secamente— ¿Qué
año tranquilo y amigable?'
—¿Usted hizo esto antes? —preguntó Joe— ¿Con otro hombre?
—Así es, Sr. Fernwright.
—¿Y la extrapolación fue desfavorable?
Asintió con la cabeza.
—Discúlpeme por haberla agredido en el compartimento
Dijo Joe, sintiéndose muy sumiso y culpable.
—Usted me llamó... —Mali Joyez hojeó su diccionario—. Mentirosa. Delante de todos. Y yo
había estado allí; usted no.
—Lo que quise decir era... —comenzó, pero la azafata le interrumpió
—La Computadora SSA está recogiendo material de sus cabezas en este momento. Sería
mejor que no se pelearan y descansaran un rato Si pudieran dejarse estar... abrir sus mentes y
dejar que les recojan los datos, sin pensar en nada en particular…
Es difícil hacer eso, reflexionó Joe, en estas circunstancias. Quizás Kate tenía razón
acerca de mí, pensó; en diez minutos logré insultar a la Srta. Joyez, mi compañera de viaje y
además una linda chica... Se sintió melancólico y deprimido. Lo único que tengo para ofrecerle es
ELMO PLASKETT HUNDE AL CLUB ‘GIGANTES’. Quizás, pensó de repente, le interesa la
restauración de cerámica. ¿Por qué no le habré hablado de eso en primer lugar? se preguntó.
Después de todo, ésa es la razón por la cual estamos aquí: nuestra experiencia, habilidad,
conocimiento, entrenamiento.
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—Soy restaurador de cerámica —dijo en voz alta.
—Ya lo sé —dijo Mali Joyez—. Leí su material biográfico, ¿recuerda?
No parecía estar tan enojada ahora. La hostilidad que él había suscitado con su falta de
diplomacia había disminuido. [ Pobierz caÅ‚ość w formacie PDF ]

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